lunes, 29 de julio de 2013

Muerte en un país extraño (Donna Leon)

Segundo libro que leo de esta autora. Me encanta el comisario Brunetti, tengo que admitirlo.

En un libro también de playita y veranito... Muy dinámico, muy simpático y muy entretenido. Además, cuando uno ya conoce al comisario y a su familia, uno disfruta más de los diálogos, que suelen tener un humor muy fino y de las descripciones de Venecia, que es una ciudad para recordar siempre.

En esta novela nos encontramos con que el crimen está relacionado con una base americana y con vertidos tóxicos. Y lo cierto es que la autora maneja los dos temas de maravilla.

En relación con los americanos, Brunetti tiene una opinión que yo comprato totalmente: "Esta creencia, tan generalizada entre los norteamericanos, de que habían sido elegidos para servir de faro de moralidad en un mundo sumido en las tinieblas del error". Y su mujer, Paola, también coicide con mi opinión al respecto: "¿Cómo no van a sonreir, Guido? Imagina: son el pueblo más rico del mundo. En política, todo el mundo tiene que inclinarse ante ellos y han conseguido convencerse a sí mismos de que todo lo que han hecho en su breve historia ha tenido la única finalidad de favorecer a la humanidad".

Por otra parte, el comisario está durante un tiempo leyendo artículos relacionados con los vertidos tóxicos y, al terminar, leemos lo siguiente: "Cuando acabó de leer, Brunetti descubrió que había sido manipulado, que todos aquellos razonamientes tenían fisuras, que presuponían relaciones de causa-efecto que no podían demostrarse y que atribuían culpas sin aportar pruebas". Desde luego, a mí me ha encantado. Soy una enorme defensora del medio ambiente, así como del avance tecnológico. Y estoy absolutamente convencida de que con el medio ambiente es con lo que más fácilmente se puede hacer demagogia. Es cierto que se hacen auténticas barbaridades y es cierto que hay que investigarlo y castigarlo. Pero también es cierto que muchas de las cosas que nos cuentan no son como nos las pintan.

En fin, para quitarle un poco de hierro al asunto, que me estoy poniendo muy seria, me ha encantado una de las reflexiones del comisario: "Algunas mujeres, especialmente las que menos podían permitírselo, llevaban tops que dejaban el estómago al aire". ¡Qué razón tiene, comisario Brunetti! Es una pena que esté ambientado a finales de los 80 (no sé el año exacto pero jugaba Maradona en el Nápoles, así que tiene que ser entre 1986 y 1990...) porque si fuera ahora podría hacer un estudio sobre el tanga, que también da para una tesis.

Otra cosa interesante que cuenta es que en el casino de Venecia hay una inscripción que dice NON NOBIS (no para nosotros) porque no podían entrar los venecianos. Solo se podía desplumar a los extranjeros...

No me alargo más. Solo decir que lo he pasado muy bien leyendo este libro. Mantiene uno la sonrisa casi en todo momento y no se sufre ni se padece. Y esto, dadas las circunstancias, es una bendición.

miércoles, 24 de julio de 2013

Las ardillas de Central Park están tristes los lunes (Katherine Pacol)

Aunque no se hubiera tratado de la tercera parte de la trilogía, este libro había que leerlo por el título. Pienso de verdad que los escritores deberían dedicar a veces más tiempo a elegir los títulos: son los que nos incitan a leerlos o a dejarlos de lado.

¿Y qué más tiene el libro? Pues... muchísimas páginas. Es larguísimo aunque se lee muy bien, la verdad. Pero, aun siendo tan largo, el final es demasiado rápido para mi gusto. La autora, en los tres libros, dedica muchísimos esfuerzos a los detalles, y lo hace muy bien. Eso hace que conozcamos maravillosamente bien a los personajes, sus casas, sus lugares de trabajo, su entorno, su todo. Pero, claro, cuando vas por la página 998 y sabes que aún quedan cosas por resolver te planteas la siguiente pregunta: "¿Y qué va a hacer ahora?" Porque, por supuesto, sé que de momento no hay otro libro más... Y lo que hace es acabar un poco peor de lo que a mí me habría gustado. ¡Qué le vamos a hacer!

Estoy segura de que le habría dado para otro libro porque hay muchas historias que quedan inacabadas... La de la portera, la de su libro, la de su madre, la de Chaval y la trompeta, la del padre de Gary... Aunque, claro, hay que tener en cuenta que hay que confiar mucho para pensar en que los lectores se van a tirar en plancha a comprar la cuarta entrega...

Es un libro genuino de playa. Como decía antes, cuida muchísmo los detalles y las descripciones y eso hace que el lector disfrute y saboree muchas cosas. Los personajes son estupendos. Ya los conocemos de los otros libros y ahora los podemos disfrutar desde el principio porque ya no hay que dedicar tiempo a saber si nos caen bien o mal.

A mí, Junior sigue cayéndome fatal, no lo puedo evitar. Es un poco mejor que en el segundo libro pero es un repelente. Y la portera me sigue cayendo fenomenal pero la autora apenas le presta atención. Me habría gustado que siguiera un poco más su historia personal.

El personaje de Hortense es curioso. No sé muy bien a qué atenerme con ella. Eso sí, se piense lo que se piense, es una muchacha rompedora. Me encantaría ser como ella: se pone un paño de cocina por la cabeza y un pantalón viejo de chándal y crea tendencia. Hay gente que nace con ese don y a mí, en el reparto... me tocó poquito de eso.

Sin duda ninguna, me personaje favorito es Gary. Es uno de los pilares de la historia sin necesitar salir demasiado. Es un muchacho fantástico y es el que nos explica por qué están tristes los lunes las ardillas de Central Park. Yo estaba como loca por saber la razón del título y me ha gustado cuando lo he localizado.

Con este libro he cometido el error de no tomar nota de las citas interesantes mientras lo iba leyendo (cosas de estar en la playa y la piscina) así que no puedo dejar ningún comentario como colofón. Tampoco es muy grave porque la verdad es que no había muchas citas interesantes. Sí hay algunas de pintores, modistos  o actores, pero esas no cuentan.

En resumen, un libro, largo, cómodo de leer y sin controversias psicológicas. Bastante recomendable para el verano, para dejar en casa los problemas de trabajo.

lunes, 22 de julio de 2013

La isla de las mariposas (Corina Bomann)

Este es uno de esos libros que anuncian tanto en radio que te crean la necesidad de leerlos.. Y eso es lo que me pasó a mí. Por lo que decían, también podía ser un libro de playa... ¡y ahí no me equivoqué!

Lo he acabado ya hace unos días, el viernes pasado, pero la red en la playa no era buena y no he podido incluri la reseña hasta hoy. Como es hoy mismo cuando empiezo a trabajar, esto me sirve para pensar que aún estoy de vacaciones...

Primero primerísimo, ¿por qué La isla de las mariposas? Al parecer es uno de los muchos nombres de Sri Lanka y la llaman así porque tiene forma de ala de mariposa. Muy interesante... Sri Lanka es una de esas islas que en mi cerebro llevan el cartel de "exótica-fascinante"...

Es un libro muy agradable de leer. Todo gira en torno a un misterio de la familia Tremayne y su plantación de té en Sri Lanka. En un principio, el té de allí se llamaba Assam pero, después de pasar ellos por allí empezó a tener la denominación Ceilán.

Como a mí me gusta mucho el té, me ha resultado muy curioso leer algunas de las cosas que cuenta pero la verdad es que yo esperaba que profundizara un poco más después de leer las primeras páginas...

Habla también de las bibliotecas de hojas de palma, que son hojas en las que está escrito el futuro de las personas... ¡Muy curioso! Al parecer, uno va allí, le preguntan cosas, le analizan y le dan la hoja que corresponde... Y parece ser que hay también hojas en las que se escribe el horóscopo de boda.... Por supuesto, no es para creérselo pero sí es muy interesante y muy emocionante...

El libro nos hace acompañar a Diana a sri Lanka y nos cuenta sus pesquisas para descubrir qué pasó cuando llegaron a llí sus antepasados ingleses. Tiene que marchar porque se lo encarga su tía abuela Emmely al morir...

Los personajes son muy curiosos aunque un poco predecibles (por eso es libro de playa, claro). El mejor, como casi siempre, el mayordomo, Mr. Green. En el propio libro nos dicen que es el mayordono perfecto... Muy simpático también Jonathan Singh, de los actuales, y Vikrama, de los personajes del siglo pasado. Este, además, practica Kalarippayatti, un arte marcial especial. Como a mí me llaman muchísimo la atención las artes marciales, con este nombre ya... ¡total!

En este libro se aprenden muchas cosas. De momento, lo de la isla de las mariposas. Pero, además, resulta que la compañía de té de la familia Tremayne se llama The Vannattuppücci Tea Company. El nombre es precioso y significa... "mariposa".

También habla de la flor de frangipani, o franchipán. Yo sé muy poco de botánica pero esta flor es la plumería, que sale miles de veces en los libros porque debe de tener un aroma muy especial (recuerdo varias espías a las que reconocen por este aroma...). Lo cierto es que nunca me había molestado en buscarlo pero... esta vez sí. Y es una flor muy bonita, pero muy bonita: es muy sencillita, blanca con el centro de color... ¡preciosa! Y, por lo visto, es la flor que representa a Sri Lanka. Ahora solo me falta olerla...

Poco más me queda por contar. Es un libro agradabilísimo de leer, muy interesante y sin agobios, así que, es muy recomendable para leer en vacaciones. Para terminar, solo me falta dejar una cita del libro y no me resisto a incluir lo que le dicen a una de las hermanas Tremayne, a Grace, en su hoja de palma: "Escucha simpre a tu corazón y síguelo"

martes, 16 de julio de 2013

El vals lento de las tortugas (Katherine Pancol)

Ya ha llegado el veranito, algunos días de vacaciones y... hay que elegir libros de playa. En alguna ocasión he comentado que hay diferencia entre los libros de playa y los que no son de playa...

Bien: este sí lo es. Lo tengo en la estantería desde hace un tiempito pero estaba esperando a irme a la playa para empezarlo. Bien es verdad que un viaje en autobús de Madrid a Cullera ayuda mucho: da para acabar con más de 400 paginitas... El resto se lee bajo el sol o la sombrilla-

Ya había leído la primera parte: Los ojos amarillos de los cocodrilos. Tengo que decir que la primera parte me gustó más. Probablemente la razón sea que me sorprendió más la historia, que no conocía a los personajes, que era un poco más profundo que este... Sí, me gustó más.

Pero este no está mal. Se hace un poco largo algunos ratitos pero se deja leer. Son 795 páginas y ayer lo cogí en el bus cuando iba por la 203... eso lo dice todo. Y, eso sí, se puede leer sin haber leído previamente la primera parte. Probablemente costaría un poco hacerse a la idea al principio, pero se podría seguir sin problemas.

Lo que es verdad es que pierde un poco de fuerza y hay algunas partes que no están demasiado bien hiladas. Quiere incluir un poco más de misterio que la primera parte (porque algo más le tiene que meter puesto que ya nos ha presentado a los protas principales) pero está claro que no es una escritora de novela negra, o por lo menos, en esta novela no lo es. Faltan muchos detalles y cuando se llega a una conclusión es siempre un poco cogida por los pelos.

Los personajes son bastante curiosos. A Jo, la protagonista, la conocemos bien de la primera parte y a su familia, también. Pero el personaje de Luca, para mí, se queda cojo por todas partes. No sé si lo habrá dejado a propósito (hay una tercera parte que empezaré a leer mañana) o es que no ha sabido qué hacer con él.

A mi modo de ver, lo más alucinante es el personaje de Junior. Es el bebé del padrastro de la prota. No quiero contar mucho por si alguien lo lee pero se supone que es un bebé prodigio y... ¡puf!... las conexiones son "cósmicas". No me ha gustado nada, la verdad. Hace que la novela pierda unos cuantos puntos en mi valoración personal. Es posible también que nos quede un desenlace para la siguiente entrega. Pero, aunque Junior me cae bien (y sus papis también) no me ha gustado la idea.

Por cierto, me encanta el personaje de Du Guesclain, el perro... ¡qué chulada! Probablemente, sería el perro que a mí me gustaría tener. Y otro personaje interesante, que luego empieza a pasar desapercibido es el de la portera Iphigénie. De momento, con ese nombre tienes que ser importante. Pero, a pesar de ser secundario, es un personaje muy interesante. No sé, no sé, es posible que tenga algo que aportar también en la próxima entrega. [Es lo malo de los libros que se sabe que tienen más entregas: siempre hay cosas que se dejan para después y que, a veces, no se saben gestionar]

No es un libro que me haya dado para entresacar muchas citas, cierto es, pero sí me gustaría acabar con algo que me ha llamado la atención. Lo dice Shirley, la amiga inglesa de Jo (un personaje estupendísimo, por cierto): "¿Quién es normal, Jo? ¿Quién no lo es? Who knows? ¿Y quién decide la norma?" La frase da para escribir un libro.... ¿o no?

viernes, 12 de julio de 2013

1Q84 (Haruki Murakami)

Este es uno de esos libros que aparecen delante de mí cada cierto tiempo y siempre voy mirando para otro lado. No sé si por pereza, por "miedito" o por qué... pero nunca lo había cogido con ilusión.

Hace unos meses, me dijo una amiga que lo estaba leyendo y que le estaba gustando, así que, cuando acabé el anterior me dije: "A por Murakami" y aquí estoy. Lo he conseguido.

Lo que resulta curioso nada más empezar es el título 1Q84: resulta que la Q y el 9 se leen igual en japonés y así se hace ver que es el año 1984 pero "diferente". Según  la protagonista es la Q de "question mark".

No sé muy bien qué pensar. Lo primero es que Haruki Murakami no es precisamente el autor más fácil que yo he leído en mi vida. Lo segundo es que los japoneses tienen una mentalidad muy diferente a la que tenemos los occidentales. Y, lo tercero, es que el libro es complicado en sí mismo. Pero es muy curioso y se deja leer muy bien.

Una de las cosas que se dice en el libro es que "La mayoría de la gente no sabe cuál es el valor de una movela, pero no quieren quedarse al margen. Por eso, cuando hay un libro que ha ganado un premio y está en boca de todos, lo compran y lo leen" Es una gran verdad, desde luego, pero por favor, que nadie lo haga con este libro: no merece la pena dedicarle tanto tiempo a un libro solo porque sí. Hay que leerlo porque uno quiere de verdad.

La historia es interesate y los personajes son curiosos, curiosísimos. Como no puedo evitar frivolizar un poco, algunas veces me parecía estar leyendo una historia de Pokémon... ¡vaya nombrecitos!. Los súper protagonistas son Tengo y Aomame, que ya les vale... Y son.. diferentes: Aomame es asesina en serie y masajista y profesora de artes marciales y Tengo es profesor de matemáticas y escritor que no ha publicado nunca nada (o sea, como muchos de los que escriben algo pero nadie los lee). La muchacha, además, tiene algunas habilidades interesantes: "Personas que dominen la técnica de patear testículos como Aomame, seguro que se pueden contar con los dedos de una mano".

No cabe duda de que la imaginación que se desborda en la novela es más que alucinante. Lo peor es que es posible que tenga una simbología que yo, desde luego, no he sido capaz de captar. Empiezo a pensar que últimamente no las pillo ni de lejos...

Lo que sí es verdad es que, introducidas en la historia, hay verdades como puños y no me resisto a dejar constancia de algunas.

"Una vez que se cuenta una mentira a la sociedad, hay que seguir mintiendo para siempre. hay que conseguir que la historia siga siendo plausible".

"Puesto que un presidente inteligente se convertía en general en blanco de un asesinato tal vez procuraran por todos los medios que nadie más perspicaz de lo común saliera elegido como presidente" (Esto explica muchísimas cosas)

"Cuando pertenecemos al bando mayoritario de los que excluyen, todos estamos más tranquilos que cuando pertenecemos a la minoría de los excluídos".

"Una vez que se conoce la verdad, no pueden evitarse las responsabilidades que ello acarrea".

"No hay nada más costoso y estéril que la venganza".

No voy a incluir más reflexiones porque me alargaría mucho pero sí quiero recordar a un personaje que me ha gustado mucho, Tamaru, el guardaespaldas-vigilante-x de la casa de la señora (no doy más datos porque no es fácil resumir en pocas palabras cómo va la historia). Para mí es el personaje más sereno y más estable del libro. Cuando aparece, el libro se sosiega y al historia se calma un poco. Y en un momento dado dice "Las armas de fuego se fabrican para matar y herir a la gente". Eso me ha quedado marcado en algún sitio, sí.

Ya acabo, que esta reseña se está haciendo muy larga. Hay muchas cosas que se pueden entresacar de esta novela pero hay una frase que aparece varias veces y que me gusta para acabar: "Si no lo entiendes sin que te lo explique, quiere decir que no lo entenderás por más que te lo explique"