miércoles, 25 de febrero de 2015

Bajo la misma estrella (John Greene)

Ya había leído Ciudades de papel, de este mismo autor y me propuse leer este, que me había recomendado mi amiga Sofía, que tiene 16 años y un estupendo criterio para los libros.

Además, este libro se lo trajeron los Reyes a mis hijos y quería saber qué se iban a encontrar si algún día se deciden a leerlo (que tengo mis dudas...)

Tengo que decir que no es que no haya leído nada desde la última reseña, es que no me ha dado tiempo a escribir más... He seguido el ritmillo de siempre pero he estado más ocupada que otras veces...

Pasando al libro, hay que decir que es muy interesante. No desvelo nada si cuento que la historia gira en torno a dos adolescentes, Hazel y Augustus (Gus) que padecen cáncer. Por supuesto, esto marca su vida...

Nos presenta cómo tienen una forma diferente de ver la vida, mucho más irónica en unos casos y mucho más centrada en la mayoría.

Se conocen en un grupo de apoyo que se reúne en una iglesia y deciden luchar para conocer a Peter van Houten, el escritor favorito de Hazel. Eso les lleva hasta Amsterdam donde viven unos días maravillosos.A pesar de que el autor es bastante impresentable, por muy escritor que sea.

Curioso lo que les cuentan en el restaurante: les sirven (sorprendentemente, ya que son menores) unas copas de champán y les dicen lo que dijo Dom Pérignon cuando inventó el champán: "Gritó a sus compañeros monjes . "Venid corriendo. Estoy degustando las estrellas". Por eso me gusta tanto a mí...

La verdad es que el libro, que es un poco lacrimógeno en algunos momentos, es muy llamativo porque nos hace darnos cuenta de muchas cosas que nos pasan inadvertidas cuando tenemos salud y nos preocupamos por banalidades.

Importantísimas las figuras de los padres: cómo afrentan la enfermedad, cómo tratan a los hijos, cómo se abandonan a sí mismos por conseguir una vida de mejor calidad para sus hijos... Parece que están en un ladito, quietecitos, pero me parece que su papel es crucial.

Creo que mis hijos no lo van a leer (porque no hay manera de hacerles coger un libro) y supongo que si lo leen, no les va a enganchar al principio. Pero, seguro que algún poso les dejaría...

Y quiero acabar con la Oración de la serenidad de Patrick, el monitor del grupo de apoyo. Es para estos chicos, pero nos la podemos aplicar cualquiera en cualquier momento de nuestra vida: "Dios, concédeme serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar las que puedo cambiar y sabiduría para entender la diferencia".