viernes, 29 de septiembre de 2017

El desorden que dejas (Carlos Montero)

La verdad es que este no tengo ni idea de por qué lo elegí... El título era atrayente (más o menos) y me pareció una buena opción.

Y no está mal. Puedo decir que me ha gustado.

Nuestra prota es Raquel Valero, casada, 34 años, profesora suplente que va de instituto en instituto dando clase de Lengua. Conocemos también a Tere, su mejor amiga y a Germán su marido. (Tere tiene menos peso pero me cae bien)

Para ponernos en situación, Raquel tiene que sustituir a Viruca (Verçonica) porque esta ha aparecido muestra (la escena de la aparición al principio, es para no perdérsela). Y es en Novariz, el pueblo de Germán, en el que su familia tiene un restaurante bastante bien valorado.

A partir de ahí, tenemos una historia de amor, celos, infidelidades, acoso cibernético... y miles de cosas más, que resulta muy interesante. Sobre todo porque va aderezada con historias humanas paralelas: unas muy comunes, otras surrealistas y otras inverosímiles.

Eso sí, los chavales dan más que miedo. Los que más aparecen son para echarles de comer aparte. Y lo malo es que son de la edad de mis hijos. Vamos, si me entero que toman Calvin Klein (CK) "...así le llamaban a la mezcla e cocaína y ketamina", me tienen que ingresar del parrús que me da sobre la marcha...

Hay cosas curiosas, como la sensación que tiene Germán porque está en paro: "No, por más que me diga que yo no tengo la culpa de esa mierda de situación, que si no tengo trabajo no es porque no lo busque sino porque no hay, tengo la maldita sensación de que no es verdad. De que si quisiera podría estar trabajando". Me ha hecho recordar cómo me sentía yo hace 5 años cuando estaba en esa situación. Y es muy desagradable, mucho, muchísimo...

Otra cosa que me ha gustado es que "Las causas que provocan más estrés, ordenadas de mayor a menos, son: la muerte de un ser querido, una ruptura amorosa y una mudanza". Lo que me ha gustado es lo de la mudanza... Yo tuve un auditor de calidad, encantador, cultísimo, simpatiquísimo y que me enseñó una barbaridad, que decía que "tres auditorías equivalen a una mudanza y tres mudanzas a un incendio"

Toda la acción se desarrolla en Galicia y nuestros protas son gallegos, Y Rquel dice algo muy gracioso: "...el gerundio que más nos define y que más se utiliza aquí: tirando. Que se sepa que vamos, que nos esforzamos, que lo intentamos, sin cejar en el empeño, pero sin llamarnos tampo a engaño. ¿Ir? Vamos ¿Con alegría? No, tirando"

Me doy cuenta de que no he contado nada. Aparecen muchos personajes aunque creo que ninguno es verdaderamente entrañable, a excepción de Concha, la dueña del bar cerca del instituto en el que Raquel toma café de vez en cuando. Es un pozo de sabiduría y de diplomacia: "Miña nena, ¿y para qué se inventó el término "distinto" si no es para decir que estás hecha un adefesio sin que una parezca maleducada?"

Termino ya, dejando claro que no he dado ninguna pista de la trama del libro y que es mucho más compleja de lo que puede dar a entender esta pequeña reseña. Y acabo con una reflexión de Raquel, que no me cae especialmente  bien (aunque aún no lo había dicho, reviento si me lo callo...): "La literatura ayuda a comprendernos, a empatizar y cuando no, al menos nos acompaña en el camino"

martes, 26 de septiembre de 2017

Un muerto en el puente Tolbiac (Carlos Poveda)

Otro de los libros que pedí a El Círculo de Lectores y que me he llevado a la playa. El libro en papel es más entrañable en la playa y en la piscina... Se mezclan los olores: el papel, el mar, el cloro... Ummmm creo que vuelvo a necesitar vacaciones...

En fin, no sé muy bien cómo enfrentarme a esta reseña porque el libro está bien pero... se me ha hecho largo. No sé si no lo he abierto en el momento correcto, puede ser, pero me ha resultado un poco complicado. Se entrelazan varias historias que, en honor al autor, están muy bien organizadas. Pero ha habido algún momento en que ya no sabía por dónde íbamos, ni el comisario Clouet, ni yo.

Porque el prota es el comisario y es ideal: sensato, diplomático, sensible cuando tiene que serlo, y muy estricto cuando es necesario. Padre muy familiar, casado con una mujer maja y también muy serena que se enfrenta a muchos fantasmas (o fantasmitas) tanto personales como profesionales.

Me ha encantado porque el libro empieza un 22 de agosto... ¡mi cumple! Vale, en 1911, sí un poco antes de nacer yo, solo 55 años antes pero, no deja de ser un día importante. Vaya, me acabo de enterar que también nació el 22 de agosto Agustín Pichot, el rugbier argentino vice presidente de la World Rugby (que me cae de maravilla y me encanta). Y también he averiguado que el mismo día (el mismo, el mismo) que yo nació Rob Witschge, que es un futbolista holandés, que me suena un poco pero que no debía ser de mis favoritos... (Me estoy liando...)

En definitiva, el 22 de agosto roban La Giconda de El Louvre, pero, además, aparece un muerto en el puente Tolbiac (muy bien, de ahí el título del libro). Y ahí se empieza a complicar todo. Nadie sabe si las dos cosas están relacionadas, si hay diplomáticos implicados, si hay problemas entre las diferentes "policías"... ¡Un lío! De verdad que la madeja no es sencilla de desentrañar...

Pero el libro se lee bien, eso es cierto, y tiene cosas interesantes, como por ejemplo, una reflexión de Eduardo Valfierno, un "sinvergüenza" de los varios que aparecen (pero este con mucha clase): "Los modales no se pueden falsificar - pontificaba a veces en la tertulia del café - se tienen o no se tienen". Y en la misma línea, Clouet dice en otro momento: "El dinero no siempre refina". Y todos sabemos que muchas veces hay gente que piensa lo contrario.

Hay un personaje muy entrañable, Ulises, que me vuelve loca porque tiene memoria fotográfica, una cosa que me encantaría tener... (pero soy como un pez...) Es un cubano que ha sido adoptado por la "madrina" y ayuda a Clouet. Tiene chascarrillos muy divertidos y uno de ellos es "La suegra borracha y la cuba llena no puede ser". Me parece simpatiquísimo.

Y otra reflexión que me ha hecho pensar es: "Más que poseer el cuadro, deseaban arrebatárselo a los demás con un ansia que les obcecaba: más que el trofeo en sí mismo, deseaban la humillación del enemigo, consideraban una cuestión personal ganar a sus adversarios..." Me parece muy representativo: cuántas veces vemos que se lucha no por un fina concreto sino por hacer que el "enemigo" no consiga el suyo. Y creo que es muy lamentable.

Voy a cerrar ya porque el libro es largo pero no me da para más. No sé si recomendarlo, porque no me ha disgustado y algunos personajes me han encantado. Pero no sé, no sé.

Y cierro con una frase de los bretones que sí me ha gustado mucho: "War lec'h an tre'h a denio al lano". Seguro que lo hemos entendido todos, por supuesto, pero lo voy a traducir por ocupar un poco más de sitio: "Cuando la marea está baja es cuando empieza a subir"

domingo, 24 de septiembre de 2017

El ladrón de café (Tom Hillenbrand)

Tenía este libro pendiente desde hace un tiempo y lo he dejado para el momento de ir a la playa. Yo soy así, no me gusta llevar el libro electrónico a la playa por si le gusta la arena tan poco como a mí...

Esta fue una elección por el título, como tantas otras, en el momento de hacer el pedido a El Círculo de Lectores. Como siempre voy al límite de tiempo, elijo lo que "me entra por el ojo" y este me pareció bien.

Y acerté, vaya si acerté...

Es una aventura fascinante que comienza en 21 de septiembre de 1683 en Londres y pasa por gran parte del mundo.

Sin desvelar nada puedo contar que nuestro protagonista Obediah Chalon termina en una cárcel de Ámsterdam por falsificar letras de cambio (que están empezando a circular por el mundo) y un personaje "misterioso", Piet Conradszoon de Grebber de la Compañía Holandesa de las Indias Orientales le consigue la libertad. Por supuesto, no es gratis (alguien con ese nombre no puede dar nada gratis...).

La compañía Holandesa de las Indias Orientales es la organización comercial más importante del mundo: "De Heeren XVII. The Lords Seventeen. Le conseil des Dix-Sept. Aquel nombre tenía un soniodo casi místico en cualquier idioma. Los Diecisiete pertenecían al directorio de la Compañía y eran los hombres más poderosos de Holanda. Disponían de recursos prácticamente ilimitados, y dictaban el triunfo o el fracaso no solo de comerciantes y mercaderes, sino también de príncipes y reyes.".

Nuestro amigo Obediah tendrá que conseguir una planta de café robándosela a los turcos: "El principal punto de intercambio de café es el puerto de Moca. Se cultiva en algún lugar de las montañas que quedan justo detrás."

Es un periplo increíble. Tiene que utilizar sus contactos que, a su vez utilizan a los suyos. Y tiene que reclutar a unos cuantos colaboradores para poder llegar a su objetivo final.

Me parece interesante reseñar que Obediah es un "virtuoso": "Se trata de hombres que, para su propia edificación, coleccionan inventos y aparatos propios de los filósofos de la naturaleza y además leen sus tratados".

Como es de esperar, se aprende muchísimo sobre el café y tengo que incluir una cosa que me ha encantado: "Como bien sabéis los austriacos son un pueblo de naturaleza débil. Y los peores son los vieneses. El café les resulta muy amargo. (...) Y por esos suavizan su sabor - ¿Con miel, señor conde? - No con azúcar de caña, cosa de por sí abominable, pero es que además... ¡le ponen nata!" Madre mía, si esta criatura viera los cafés que tomamos ahora... Sobre todo el café americano con leche. Le daba un patatús.

Aparece mucha gente conocida, como Daniel Defoe, quien aparentemente fue el que acuñó el nombre de "proyecto" para las tareas de gran envergadura que debían dividirse en otras más pequeñas con el fin de conseguir llegar a una solución. "Por ello afirma que vivimos en una época en la que los grandes logros correrán a cargo de hombres inteligentes y previsores a los que denomina proyectistas".

Y nos encontramos con Huygens y sus planetas y sus cosas. Nos deja una perla muy curiosa: "La Biblia no dice que haya vida en otrosa mundos. Pero tampoco dice que no la haya. Además, monsieur, ¿por qué si no habría creado Dios otros planetas? Para poblarlos igualmente con el fruto de la creaación". Ojo que estamos en la época de Luis XIV...

Más cosas, más cosas... En esta aventura nos vamos a encontrar con textos codificados (me fascina) y resulta que, indirectamente se utiliza el sistema diádico de Gottfried Leibniz... ¡Viejo conocido nuestro!, parafraseando a mi profesor de Mecánica Teórica. "Es una nueva manera de anotar los números que no se basa en el diez y sus múltiplos, sino en secuencias binarias". Ahí estamos, el sistema binario, mira por dónde...

Pero, sin dejar el sistema binario, no puedo dejar de reseñar una cosa más: "... el 7 se escribe 111, por lo tanto, sin cero. Y solo cuando se escriben los ´números exclusivamente con 0 y 1 se reconoce la perfección del séptimo día, que es santo y que también es digno de nota por el hecho de que por su carácter, se relaciona con la Trinidad". Seguro que habré visto el 7 en binario unas cuantas veces en mi vida (pero unas cuantas, cuantas...) y jamás se me había ocurrido que pudiera representar a la Trinidad... Pero he de reconocer que está muy bien hilado, sí, Señor.

Como no quiero alargarme más, dejo unas cuantas anécdotas más que me habría hecho ilusión dejar aquí. Me queda recomendar el libro para todo aquel que quiera pasar un rato estupendo.

Y cierro con una cita de Oliver Cromwell que me parece curiosa: "Nadie llega tan lejos como quien no sabe dónde va"

Agatha Raisin y la boda sangriente (M.C. Beaton)

El libro tenía buen aspecto (mis criterios de elección, ya lo sabemos todos) y lo solicité en el pedido del Círculo de Lectores.

He descubierto que es uno más de la serie de Agatha Raision... La verdad es que no sé si seguiré leyéndolos pero debo decir que ha estado entretenido, me ha gustado y es un libro estupendo para leer en la playita, que es lo que yo he estado haciendo.

Obviamente, Agatha Raisin es nuestra gran protagonista. Es una mujer que ha trabajado en una empresa de publicidad y que, por razones que no nos quedan claras (porque aparentemente aparecen en otro de los libros) ahora no está trabajando.

Eso sí, de vez en cuando ha colaborado con la policía haciendo cosillas...

Está casada con Jimmy Raisin, de quien nadie sabe nada y se le da por muerto. Así que decide casarse con James Lacey, escrito aburrido donde los haya, pero bastante agardabel, el hombre.

Total que, cuando se va a casar aparece su exmarido... ¡desgracia total!

Y ahí tenemos nuestra historia... Buscar al asesino, saber quién y por qué le ha hecho aparecer y, de cara a Agatha, determinar qué es lo que quiere hacer con su vida...

Su relación con James empieza a ser un poco cuestionable (ella lo piensa así) y es que James es tan clarificador, tan objetivo para todo, tan, pero taaaaaaaaan aburrido: "Creo que te sientes desdichada porque intestaste cometer bigamia y te descubrieron, y luego te acusaron del asesinato de tu marido. En estos tiempos abunda la palabrería psicológica. Y esos lleva a dramatizarlo todo de una forma egoísta". En el libro ella está a punto de cargarse a James cuando se lo dice... Yo, personalmente, no sé qué habría hecho.

Y luego, por mi pare es estado a punto de deninciar a M. C. Beaton (Marion Chesney, que se quiere esconder tras las iniciales). Vamos a ver, vamos a ver... Yo he leído: "Las mujeres de mediana edad como Agatha, pueden ser sumamente crueles con las ancianas, seguramente porque están contemplando lo que les espera en un futuro inmediato". Vamos a ver, vamos a ver (sí, lo sé, me repito)... La autora nación en 1936, con lo que ahora tiene sus 81 años (bueno los cumple el 29 de noviembre, pero le queda un suspiro). Esto me da que pensar dos cosas: o bien a ella la están tratando muy mal las mujeres de mediana edad que conoce, o bien ella trató muy mal a las ancianas cuando era de mediana edad. PERO (con mayúsculas) eso no le da derecho a generalizar lo que hacemos las mujeres de mediana edad con las ancianas a las que conocemos. Claro que puede ser que en mi caso, sea porque tengo corazón de niña...

Poco más hay que decir: es una novela entretenida, que se lee muy bien y que refleja con detalle cómo es la vida en los pueblos o ciudades pequeñas donde la intimidad personal queda imbuida en la vida comunitaria sin que nadie pueda hacer nada por evitarlo.

La distancia es un café (Xuso Jones)

Al final, me voy a aficionar a este chiquito... Claro, solo me quedaba este libro para terminar la trilogía y tenía que saber qué pasaba con Paulo y Olivia y con su empresa de cosmética basada en el café.

Si digo que la novela no es predecible, miento como una bellaca. Todos sabemos lo que va a pasar. ¿Cuándo? Ah, eso ya es otra cosa: puede ser al principio, o al final, pero las cosas están muy claras.

En esta última entrega, vemos como nuestros chicos se distancian tras la enfermedad de la madre de Olivia. Pero, vamos, que está claro que va a ser circunstancial.

Lo mejor es que aparece un exnovio de Raquel, la hermana de Olivia (que es estupenda, la muchacha) y bueno... tampoco sorprende lo que va a pasar.

Seguimos con Marisa, un personaje más que entrañable... Hay que ver lo que aprende y lo bien que lo pasamos con ella. Y en esta novela aparece su pretendiente secreto que le hace llegar flores todos los días. Los protas no se han leído el libro, claro, porque todos sabemos quién es menos ellos... en fin...

Y aquí conocemos un poco más a los padres de Olivia, Rafael y Paloma, y trata un poco la relación de familia y la lucha de los padres para que los hijos podamos cumplir con nuestros sueños. Y es algo que se nos olvida a todos enseguida... hasta que tenemos hijos y nos toca a nosotros hacer lo mismo que han hecho antes por nosotros...

Me ha encantado la opinión de Olivia sobre París: "La llaman la Ciudad de la Luz... Pues será de la luz eléctrica, porque el tiempo que hace siempre en París es un auténtico asco". Ahí estamos: alguien que dice las cosas como son. Menos mal... Yo no soy la mayor valedora de París, he de reconocerlo. Tras trabajar allí 3 meses, terminé harta de lluvia (todo el verano) y de franceses que me consideraban inferior a ellos por ser española. Pero es cierto que el tiempo en París es su secreto mejor guardado... Y eso de que la lluvia la hace más romántica es una forma de intentar justificar lo injustificable.

En fin, una novela muy entretenida que es estupenda para leer en vacaciones, como he hecho yo. Con unos personajes muy divertidos y muy frescos.

Termino con una reflexión interesante: "A veces pedimos a las estrellas lo que no sabemos arreglar en la tierra"

El rompecabezas del cabo Holmes (Carlos Laredo Verdejo)

Era de esperar... Leí el último de la serie del cabo Holmes y tenía que empezar con todos los de la serie. Por supuesto, sabiéndolo, tenía que empezar, como Dios manda, por el primero. Y es este...

Y no me ha defraudado en absoluto. Me ha gustado muchísimo, como yo suponía.

Claro, yo tenía ventaja con respecto a los lectores que leyeron primero este. Yo ya conocía al cabo Holmes y a Julio César Santos... ¡eso es una suerte!

En esta historia, desaparece un empresario, Julio de Val y aparece muerta una modelo que le acompañaba en el barco. No puedo contar nada más porque lo destriparía y ese no es mi objetivo, pero he de decir que la trama es muy interesante, pero mucho.

Aparecen personajes curiosos, como Julieta de Val, hija del empresario y Lucas Martínez, su marido. Y también Lina Moliner, hija del mejor amigo de Julio y amiga del alma de Julieta, además de pilar de la empresa.

Es en esta novela cuando José Souto, el cabo Holmes y César Santos se conocen. Julieta decide buscar un detective que les ayude a localizara a su padre (o a saber qué ha pasado) y recurre al bufete del tío de César, Por supuesto, el tío recomienda al sobrino y así empieza todo.

Desde el primer momento, fluye una buena corriente entre los dos pero, en un momento dado Holmes salva la vida de César, lo que hace que esa amistad se convierta en algo más fuerte. Y a mí me parece muy bien porque así hay opción de que vuelva a aparecer en más novelas.

Porque a mí Santos, me encanta, ¡qué le voy a hacer! No puedo evitarlo... ¡tiene unas cosas!. Como perla, un ejemplo de una conversación con Julieta:
"JULIETA - Conseguirás que acabe enamorándome de ti
SANTOS - Ni se te ocurra, cariño, sería una pena estropearlo con semejante vulgaridad"

Me ha hecho mucha gracia cómo reacciona el mayor Dujardin, un francés a quien Santos solicita una información (previo pago de una salvajada): "A partir de ese momento, el mayor Dujardin trató a Santos como un miembro de la nobleza, único recurso de los franceses para justificar su admiración hacia un español, cosa difícil teniendo en cuenta la natural y sobradamente conocida superioridad de su país." Poco hay que explicar tras esto... Así me hicieron sentir a mí cuando estuve trabajando tres meses en París. ¡Y yo no pertenecía a la nobleza! Así son nuestros vecinos los franceses...

Poco más que queda que decir. Es una novela muy, muy entretenida y merece la pena dedicarle un tiempo a la serie. El cabo Holmes es encantador, respetuoso con las normas, honorable, responsable y guardia civil desde que se levanta hasta que se acuesta. Y Santos es absolutamente fantástico, con eso queda definido completamente.

Cierro con una frase de César que creo que es una gran verdad: "Si en este mundo todo fuera justo, Holmes, no existiría la Guardia Civil".

sábado, 23 de septiembre de 2017

Las noches en las que el cielo era de color naranja (Cristina Prada)

Este era fácil de elegir: el título es una verdadera maravilla y atrae como un imán, así que tuve que leerlo. No me quedaba otra opción...

Pero, lo cierto es que no sé muy bien qué pensar.

La ambientación es muy interesante. Se desarrolla tras la guerra de Kosovo y es un tema que todavía no está muy tratado en la literatura y por eso mismo resulta muy atractivo.

El propio libro nos lo dice al principio: "La historia de Reese y Sophie y todas las situaciones que aparecen en ella están inspiradas en la ciudad de Pristina y otros lugares de Kosovo y los conflictos en la antigua Yugoslavia que tuvieron lugar entre 1991 y 1999"

Vamos a situarnos un poco: Sophie, Sarah y Penny son amigas, compañeras de piso. Sarah acaba de terminar periodismo y ha conseguido una beca para irse como reportera de guerra a Pristina, en Kosovo. Sophie, por su parte, está a punto de conseguir que le publiquen su primera novela pero... por determinadas circunstancias, eso no puede llegar a ser y su amiga le propone que viaje con ella a Kosovo para olvidarse de su desilusión y buscar nueva inspiración para escribir.

A mí me parece que la decisión no era fácil, porque Pristina no es Aranjuez... (bueno, Salt Lake City, por ejemplo, que ellas están en Estados Unidos). Pero la muchacha se va.

Ya se había encontrado en varias ocasiones cpn Reese Montolivo, "... corresponsal de guerra, el hombre más atractivo sobre la faz de la tierra y cabronazo bipolar". Además de "...arrogante, prepotente, antipático y engreído". El desenlace se veía venir...

Aparte de estos dos personajes, que son los protas, a mí me ha gustado mucho Milo, que trabaja con los refugiados. Un hombre al que los serbios habían matado a su mujer y a su hija y que pasó unos momentos tremendos para luego darse cuenta de que "Hay que pasar por el dolor más crudo para entender de verdad la fuerza que puede llegar a tener el amor"

También me gusta mucho Owen Kendrik, capitán de las fuerzas de la OTAN, quien por cierto termina siendo pareja de Sarah, pero de una forma muy discreta, sin aspavientos...

El libro me produce dos reacciones completamente diferentes, y las dos de rechazo (no al libro, no, sino a las circunstancias que plantea)

Por una parte, no me gusta nada cómo plantea la relación entre Reese y Sophie. Ella misma dice: "Es muy consciente de que el día que sonría de verdad, provocará un tsunami que arrasará la lencería de todas las mujeres en diez kilómetros a la redonda". Espero de corazón que la autora no sea feminista, ni se postule como defensora de las mujeres... Yo no soy feminista, (¡Dios me libre!), solo creo que tenemos los mismos derechos y las mismas obligaciones que los hombres. Y no pueden, ni deben pisotearnos ni doblegarnos.

Dicho esto, la forma en que Reese trata a Sophie a lo largo de toda la novela, es espantosa y no me ha gustado en absoluto. Sobre todo porque ella lo admite y se somete a lo que él quiere en cada momento.

Por otro lado, me produce rechazo (más del que ya me producía) la guerra y todas sus consecuencias, que son muchas... Nos presenta a un niño con una expresión tan triste que obliga a Sophie a pensar: "¿Cómo es posible tener 6 años y estar cansado de vivir?"

No me entretengo más, que tampoco me ha gustado tanto... Es más una novela rosa que un libro sobre la guerra, pero el fondo es más interesante que la historia de amor que quiere albergar. No es libro que to recomendaría más apasionadamente, pero se puede leer (más o menos)

Cierro con una frase que me ha hecho pensar: "La guerra es cruel, dura, es un sinsentido que te deja vacío por dentro y siempre, aunque ganes la batalla y el país, te convierte en perdedor".

domingo, 10 de septiembre de 2017

Ante todo, mucho karma (Laura Norton)

Esa soy yo... Leo la primera parte y no puedo dejar de leer la segunda.

En este caso, se hace bueno el dicho de "segundas partes nunca fueron buenas". ¡Qué le vamos a hacer!

La primera parte, "No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas" estuvo muy entretenida y lo pasé muy bien. Me quedó claro que no era la mejor literatura que había leído en mi vida pero estuvo divertida y recomendable.

En este caso, se me ha hecho muy, muy larga.

Los personajes son los mismos de la primera parte, Aarón, Sara, Lu, Arturo, Berta... ¡Ah! Y aparece uno nuevo, Guille, el chiquitín que tiene Aarón y Sara (esto destripa un poquillo pero no importa...)

Aparece también Roma Peratti, que es una diseñadora colaboradora con Sara en la película en la que ella se encarga del vestuario. La película debe de ser para nota (con lo poco que me gusta a mí el cine...): "...una historia alucinanda y alucinante sobre Carlos V adolescente, una película de corte fantástico entre el terror y lo histórico y cargada de sensualidad"

Me ha resultado un poco más de lo mismo pero, en la primera parte era una sorpresa y ahora ya no. Así que se me ha hecho un poco pesado y quería acabar el libro cuanto antes porque estaba segura de cuál iba a ser el final y no me estaba aportando mucho.

A lo mejor es mejor leer los dos libros seguidos... podría ser, aunque tengo mis dudas.

Lo que sí me ha gustado es una reflexión sobre el móvil: Antes de la era del teléfono móvil y de internet, si no localizabas a alguien llamando al fijo de su casa, pensabas que ya le darían el recado cuando llegara. Lo último que imaginabas era que estaba tirado en una cuneta". ¡Qué gran verdad! Ahora, sin o te localizan a la primera, parece que ya te han abducido los extraterrestres y vas a volver, si vuelve, con un transmisor interestelar que les dará pistas sobre nuestra civilización...

Y acabo ya, que no da para más. Pero acabo con algo que sí que es muy, pero que muy cierto: "Si la vida era evolución, cuando un hijo llegaba, la evolución se volvía revolución".

El tiempo. Todo. Locura (Mónica Carrillo)

Me pareció un título muy curioso y decidí leerlo.

Ya había leído La luz de Candela de la misma autora que, aunque yo no lo sabía, es la periodista que presenta los informativos junto a Matías Prats... ¡qué cosas!

He de decir, que el libro es de la aplicación de Nubico (legal, legal, no pirateada...) pero creo que no es el libro completo... No lo sé pero, aunque me ha gustado, creo que no lo voy a averiguar.

El otro libro que leí suyo me gustó "regular" pero se dejó leer. Sí me di cuenta que le gusta muchísimo jugar con el lenguaje. Lo hace muy bien y se agradece.

Últimamente, parece que a nadie le interesa cómo se dicen las cosas. Solo nos importa decirlo todo rapidísimamente y casi sin piedad. Y a mí me gusta también la forma... Las palabras son muy bonitas y no es lo mismo leer las cosas escritas de una manera o de otra...

En este libro, el título ya nos da una pista de qué nos podemos encontrar. Está dividido en tres partes: "El tiempo", "Todo" y "Locura".

Y cada página nos da una pequeña reflexión. Normalmente, muy cortitas, aunque algunas son un poquito más elaboradas. Bueno, no es esa la palabras, son un poquito más largas.

Creo que merece la pena dedicarle un tiempito al libro porque se lee muy bien y da que pensar.

Voy a dejar 3 reflexiones que me han gustado mucho:

"Pensaba que lo peor fue perderte. Aún peor fue el tiempo perdido"

"La diferencia entre «sin ti yo no» y «sin ti ya no» es tiempo"

"La vida es eso. El paso, el peso que pisa. La vida es el poso y mucho más. Todo lo que se puso"

Los ritos del agua (Eva García Sáenz de Urturi)

Segunda entrega de la Trilogía de la Ciudad Blanca y, claro, no me la podía perder.

Lo bueno de las trilogías, o las series de novelas es que en la segunda parte ya tiene uno las ideas claras sobre los personajes principales. Cierto es que, muchas veces, el autor modifica cositas para que el lector no se aburra (lo que es muy de agradecer) pero nos movemos en terreno conocido.

Es lo que pasa en esta novela. Ya conocemos a Unai López de Ayala (Kraken) y a su "jefa" Alba Díaz de Salvatierra. También conocemos a Estíbaliz Ruiz de Gauna, su compañera, a su hermano Germán y, sobre todo, conocemos al abuelo... ¡menos mal que sigue saliendo en la novela! Vaya, si no llega a aparecer, llamo a la autora... ¡Cómo me gusta ese hombre!

Pero vamos a conocer a otros personajes también muy interesantes: Beatriz Kornes, la logopeda, Saúl Tovar y su hermana Asunción Pereda, Rebeca, la hija de Saúl...

En esta entrega, antes de comenzar la novela, nos dan una pauta de los diferentes lugares "emblemáticos" de Álava. Muchos de ellos ya los habíamos conocido en la primera parte pero así, todos juntitos, parece que llaman más la atención. Y a mí, me ha hecho gracia emcontrarme con un escritor alavés, Becerro de Bengoa. No es que yo haya leído nada suyo,no, es que el apellido es muy peculiar y, sí, es el del ginecólogo que me atendió en el parto de mi hijo mayor: D. Claudio Becerro de Bengoa, un doctor maravilloso: dicho queda.

Para hacernos una día, la propia autora nos dice al final del libro: "Esta novela trata de la paternidad y la maternidad. (...). La decisión consciente que supone para cada uno de nosotros el ser un buen padre o una mala madre, independientemente de la mochila que la vida nos haya cargado a nuestras espaldas". Si bien es cierto que eso es de lo que trata la novela, no sé si para todos es una decisión consciente ser un buen o un mal padre... Los peques vienen sin libro de instrucciones... Y, la mayoría, lo hacemos lo mejor que podemos. Lo que no quita que sí haya quien tome la decisión de ser un mal padre, por razones que me parecen fuera de toda comprensión lógica, claro.

Comienza la novela con Unai padeciendo afasia de Broca (vaya, que no puede hablar) después de los acontecimientos de la primera parte. No puede hablar y tampoco hace el más mínimo esfuerzo para ir superándolo... Hasta que aparece el primer crimen ritual de la novela: una muchacha muerta con el cuerpo sumergido hasta los hombros en un caldero de bronce lleno de agua.

Como el pobre tiene muy mala suerte, resulta que la mujer es Ana Belén Liamos (Anabel Lee), su primera "novia". Además, estaba embarazada y acababa de ganar un sustancioso premio en metálico.

Ahí escuchamos (porque se escucha más que se lee) la mente de Unai diciendo eso de "Aquí termina tu caza, aquí comienza la mía", que a mí me pone la carne de gallina...

Y vamos entrando en un mundo de rituales celtas, de amistades de la infancia, de paternidad y maternidad... Todo tratado de una forma muy sutil, entrelazado con una acción casi trepidante y sin sensiblerías cursilonas

"Un rito de castigo debido a que se les suponía que iban a ser malas madres. Según este rito el niño no nato sería entregado a unas diosas del panteón celta: las tres Matres, una especie de diosas madres" Aquí lo tenemos, decidiendo quién creen que va a ser una mala madre. Aplicando la Triple Muerte Celta (threefold death): ahogar a la víctima, colgarla y quemarla (No se andaban con tonterías, no)

Por supuesto, después de contar dónde empieza la trama, no pienso contar nada más, por dos razones: la primera, porque lo estropearía y no sabría contarlo bien y la segunda, porque este libro hay que leerlo, sí o sí.

He aprendido muchisimas cosas, como casi siempre... (lo bueno de no saber casi nada: tienes más margen de aprender).

Entre otras, me ha llamado la atención la canción Tears in Heaven del maravilloso Eric Clapton. Es una canción que me encanta pero que no sabía que es la historia de un padre que perdido a su hijo de 4 años, porque el crío se ha caído del piso 53 de un rascacielos. He buscado la letra para verlo porque yo la he cantado miles de veces y no me había dado cuenta: no lo cuenta. Debió de ser la razón por la que la escribió pero en la canción ahora veo que es el padre hablando con su hijo. Muy interesante.

También he visto otra cosa que me ha chocado porque siempre me he preguntado porque el Bluetooth se llama así: "...la legendaria Gunnhild o Grunilda, viuda del rey Eric Blodoxe, nacido en 946. Fue violada y ahogada en el pantano por orden de Harald Blotand, el famoso Harald Bluetooth, cuyas runas tenéis ahora en todo vuestros móviles debido a que la compañía danesa Bluetooth lo adoptó como logo."

En esta novela también nos encontramos con Golden Girl y con Matu-Salem, nuestros hackers favoritos y me quedo otra vez pasmada con lo que cuenta: "La Deep Web o Internet profunda era ese 98% de webs y foros que no salen en los buscadores. Todos ilegales, el supermercado del delito más grande de la historia de la humanidad: sicarios, drogas, armas, tráfico de personas. El lado oscuro del comportamiento humano". A mí no me cabe en la cabeza que se hagan esas cosas, pero acepto que puedan existir pero... ¡el 98% de las webs! Cuando lo leí, lo primero que pensé es en la cantidad de gente que tiene que tener las Fuerzas de Seguridad rastreando todo eso...

Como siempre, estoy alargándome muchísimo pero... da para muchísimo más. Pero tengo que terminar. Y esta vez voy a dejar dos reflexiones. La primera de Unai: "En resumen, la vida a veces podría ser un buen lugar en el que quedarse"

Y la segunda, por supuesto, del abuelo, y esta nos la podemos aplicar todos, casi a todas horas: "¡Déjate de hostias y sigue adelante!