sábado, 30 de diciembre de 2017

Cartas de la madame inglesa (Rebeca Tabales)

Esta va a ser la última entrada del año... Con la fecha que es y habiendo terminado el libro esta misma tarde, o me paso la noche leyendo (que no es mi propósito ahora mismo) o no parece que vaya a dar tiempo a más...

Como me pasa en muchas otras ocasiones, este libro lo leí porque me pareció que podía ser interesante pero no sabía nada de la autora ni del tema de la novela. A ver, lo de "madame inglesa" me podía dar una pista pero... hay veces que no es lo que parece.

En este caso sí era lo que parecía pero tenía mucho más detrás. Nos tenemos que situar en el Madrid de 1913, hace ya más de un siglo... Y nos encontramos con la casa de citas de Rachel Gallo Loyer, la madame inglesa, que dice de sí misma: "Aun despojada, en gran parte, de las rutinas de mi oficio, no dejo de ser una ramera de corazón".

Para situarnos, aparecen los cadáveres de dos clientes de su casa, Juan y José (que por supuesto, no se llaman así) después de que hayan salido de allí... Rachel y una de sus chicas, la Tonta, siguen el carro que los lleva y ella, siguiendo un impulso, les corta las orejas y se las lleva.

Hasta ahí puedo leer. Ella quiere saber quién ha matado a los chicos y va escribiendo cartas a Elías Gracía-Bravo, un alto cargo en la seguridad nacional, que a la sazón es el padre de su hija Laura, de 17 años, contándole lo que va sabiendo y lo que quiere que haga para colaborar.

Rachel es una mujer culta, de madre inglesa, de quien sabremos más al final de la novela. En un momento dado, cuando conoce a Amor le da un nombre falso y dice: "Espero que no estuvieras pensando que cometería la ordinariez posromántica de darle a elegir mi nombre, ni la imbecilidad neoclásica de ofrecer el verdadero". Me parece absolutamente genial.

Y nos dice una frase que, cuando la leí, pensé que estaba escuchando a mi amiga María: "No me fío ni de las bragas que me pongo"
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Vamos a conocer a Alonso Amor, un agente de la seguridad que también quiere saber qué ha pasado a pesar de que no le corresponde en su jurisdicción y de que su jefe, el comisario Francisco Valiente Agrait, no quiere que haga nada. Rachel descubre por qué tiene tanto interés: "Ahora comprendo que Amor buscaba algo más que las pruebas de la investigación; buscaba algo así como su sitio en el mundo". Es un prota que tiene que caernos bien queramos o no. Y tiene una vida y una situación de lo más peculiar porque lo de su mujer, Engracia, es para que la autora escriba otra novela.

He de decir que no he elegido el mejor momento para leer esta novela porque he andado con mucho jaleo en el trabajo y me habría venido muy bien leer algo que fuera absolutamente predecible y no me exigiera nada. Sí, unas de esas novelas de las que siempre me quejo pero que son terapéuticas en algunos momentos.

Pero, aún así, me ha gustado. Sobre todo, porque me ha sorprendido. Y me ha sorprendido mucho.

Por un lado, he aprendido muchas cosas de la sociedad de aquel momento y de cómo funcionaban las cosas. Cómo era una casa de citas, las chicas... Curioso que los nombres son todos apodos: la Guapa, la Vieja, la Hermosa, la Tonta y la Virgen que era la "novia" de Juan y cuando le matan, empieza a llorar tanto que nunca más vuelven a llamarla Virgen y empiezan a llamarla Llorona... ¡qué cosas!

También es muy curioso cómo funcionan los agentes de seguridad, que en nuestro caso, además de Amor son Sánchez, Callejo y Güell...

No puedo contar nada porque, aunque parece que no, al final descubrimos que no todo era tan clarito como pensábamos y si doy pistas, ya no lo leería nadie. Pero eso sí, aunque es recomendable, es para pensar un poquito. No es uno de estos libros que yo llamaría "de playa"...

Cierro ya, esperando que 2018 nos traiga muchos más libros que leer, más tiempo para leerlos y muchas ganas de compartirlos.

Pero tengo que cerrar con una frase, como siempre, y lo voy a hacer con una de la última carta de Rachel, que no va dirigida a Elías, sino a Amor: "Otro consejo que te doy, si es que quieres leer mis consejos, es que conozcas la verdad en tu interior aunque no puedas decirla, y si alguna vez mientes, que sea para mantener viva esa verdad y no para ultrajarla."

Te veré bajo el hielo (Robert Bryndza)

Lo peor de hacer esta reseña ya está hecho: escribir el apellido del autor... ¡madre mía!...

En algún momento, alguien me ha recomendado este libro pero, sinceramente, no recuerdo cuándo o dónde ha sido (cada vez me parezco más a Dory...). Pero debo agradecerlo porque el libro me ha gustado mucho, me ha enganchado y, puesto que parece que va a ser el primero de una serie, me va a dar pie a pasar otros muy buenos ratos.

La trama de la novela comienza con "Un joven descubre el cadáver de una chica debajo de una gruesa capa de hielo en un parque del sur de Londres". Y, a patir de ahí... todo lo demás. Una trama muy buena, con unos personajes muy bien estructurados que me ha tenido en tensión...

Para hacernos una idea, el cadáver es de Andrea Douglas-Brown, la hija del dirigente laborista de la Cámara de los Lores. Esto nos da una idea de las implicaciones que tiene que aparezca asesinada esta chiquita que, además, es un poquito especial. Y su familia... aquello parece una reserva natural, como decía una amiga de una empresa en la que yo trabajé...

La persona asignada al caso es la inspectora jefe Erika Foster, que viene a Londres desde Manchester y que ha pasado por un momento malo que ha hecho que haya estado retirada del trabajo. En un momento dado organizó una operación que terminó con tres agentes muertos, uno de ellos, su marido Mark.

Todos los integrantes del equipo dedicado a este caso, bajo las órdenes del comisario jefe Marsh son muy curiosos, sobre todo porque al principio no parece que le apetezca mucho que alguien "de fuera" venga a encargarse de sus asuntos, por mucho que se diga que es muy buena en lo suyo...

No quiero contar nada para no revelar nada de la historia pero sí puedo decir que a Erika le va siguiendo los pasos el malo-malo-malísimo, que no sabemos quién es hasta el final y que dice algo muy interesante mientras reflexiona: "El secreto para confundirse entre la gente es no hacer ningún esfuerzo. Todo el mundo va ensimismado". Es muy cierto... siempre hemos ido todos a lo nuestro por la calle pero, además, ahora con los móviles, la mayoría va mirando la pantalla, escuchando música, hablando o mirando al suelo...

Voy a cerrar recomendando que se lea esta novela. Yo, además, he decido seguir al autor en Twitter... no por nada en especial... porque puedo, como dice mi hijo mayor...

Y dejo una frase de Mark, el marido fallecido de Erika, que me ha hecho sonreír... Por lo visto, cuando ella se quejaba demasiado y se hacía un poco la mártir, él le decía: "Anda, bájate de la cruz, que necesitan la madera"

El paciente (Juan Gómez-Jurado)

Me dijo mi madre que había un libro que le había parecido muy interesante y que me lo iba a dejar. En general, el criterio de mi madre es fantástico para todo, menos para elegir zapatos, cosa en la que nunca estamos ni estaremos de acuerdo. Así que pensé que me podría gustar.

La sorpresa fue que el autor era Juan Gómez-Jurado, un autor del que he leído varias cosas y que me gusta mucho, mucho.

Y este libro no me ha defraudado en absoluto.

No voy a desvelar nada de la historia porque lo cuenta el propio prota: nos encontramos al Dr. Dave Evans, un neurocirujano de mucho prestigio, en el corredor de la muerte. ¿Por qué?

La historia nos cuenta que este hombre, recientemente viudo y con una hija de 7 años se enfrenta a una situación a la que nadie querría enfrentarse: su hija es secuestrada y no podrá recuperarla a no ser que haga que el presidente de los Estados Unidos muera tras la operación a la que se someterá para extirparle un tumor cerebral. ¿Enrevesado? A mí me pareció realmente agobiante...

En realidad tenemos delante de nosotros a dos protagonistas, acompañados por muchos otros personajes que pueden caernos mejor o peor pero que no dejan de ser relleno. Aunque es cierto que es un relleno muy interesante, claro... Y es imprescindible, no lo olvidemos...

Pero nuestros protas son Dave Evans y el Sr. White, el malo-malísimo que ha secuestrado a la niña, a Julia. Y los dos son tremendamente interesantes. Es verdad que White es el que maneja los hilos, con lo que va a variar menos su comportamiento... Pero el pobre Evans va dando bandazos y haciendo funcionar su cerebro para conseguir eludir sus responsabilidades, la vigilancia de White, las llamadas de su conciencia y... sí, también su dolor personal: no estropeo nada contando que su mujer se suicidó cuando descubrió que tenía un tumor cerebral, sin siquiera consultarle a él, que es de lo neurocirujanos más prestigiosos del mundo.

Eso sí, nuestro White es algo fuera de lo normal: "Su falta absoluta de empatía lo ponía un escalón por encima de los demás. Podía leer las emociones ajenas e interpretarlas sin verse manchado por ellas. Aquella ventaja era de lo más práctica". No se me había ocurrido, pero es muy cierto...

Además, White cuenta con una inteligencia privilegiada y se dedica a la Psicología. Mientras estudiaba, a uno de sus profesores le comentaba: "Las emociones son cambios que preparan al individuo para la acción. Si generamos en el sujeto las emociones adecuadas, podemos orientar sus actos de forma externa. Como un mando a distancia". Es lo que toda la vida hemos llamado "manipular" o "hacer chantaje emocional" pero elevado a la enésima potencia...

Y nos da una explicación muy interesante de la adaptación a las diferentes circunstancias: "La mente humana es flexible, Dave.en un  Cuando la trasladas de un contexto seguro a uno amenazador, al principio sufre un choque. Pero con el tiempo, intenta amoldarse a la nueva situación, redefine el nuevo contexto como seguro para minimizar el trauma."

Otra cosa curiosa y razonable cuando uno lo piensa es una reflexión de Dave en relación con la medicina: "Una de las primeras cosas que aprendí como médico es que hay muchas más formas de dañar a las personas que de ayudarlas. Por triste y cínico que suene, hay menos posibilidades de equivocarse no haciendo nada"

No quiero alargarme mucho más porque el libro, como siempre, hay que leerlo. Es muy interesante, es fácil de leer, se aprende mucho y hace reflexionar... vaya, lo tiene todo. Pero no me resisto a incluir un comentario de White (está claro que me ha impactado...): "Los humanos asumían como ciertas las falsedades más peregrinas, simplemente porque venían envueltas en un bonito paquete. Los girasoles no siguen al sol, ni la Gran Muralla china se ve desde el espacio, ni usamos solo el 10% de nuestro cerebro". Sinceramente, nunca me había planteado si estas cosas eran o no ciertas, pero he indagado y, efectivamente, son falsas las tres y la mayoría las consideramos como verdades fundamentales... Es para hacérnoslo mirar.

Ahora sí que termino, con una frase que no sé a quién se atribuye pero que me ha gustado mucho, aunque no era la primera vez que la leía: "Dale a un hombre un arma y robará un banco; dale  un banco y robará el mundo entero

domingo, 24 de diciembre de 2017

Un lugar a dónde ir (María Oruña)

De acuerdo, yo soy así: he leído el primer libro de seta autora y ahora, inmediatamente, voy con el segundo... No lo puedo evitar... En algunos casos, me obligo a cambiar de género o de autor antes de seguir con una serie pero en este caso... no lo he hecho.

Y el segundo libro, también me ha gustado mucho y no me ha decepcionado en absoluto... Da gusto leerlo. Porque lo cierto es que, además de historias muy interesantes, la autora nos lleva a temas diferentes y está tan bien documentada que nos hace aprender muchas cosas. Aquí es donde me vuelvo a lamentar de mi memoria de pez... Si yo tuviera buena memoria... ¡cuántas cosas sabría! Pero se me olvida casi todo... Tampoco pasa nada, se vuelve a leer y se recuerda... ¡ya está!

En este caso, nos pone en situación el cadáver de una chiquita, luego sabemos que es Wanda Karsávina, que es "...una profesora polaca viene a dar un seminario de Historia Medieval, y nos la encontramos muerta y vestida de princesa sobre los restos de un castillo..." A partir de ese momento, se enreda todo tremendamente y nos hacen internarnos en vericuetos que nos llevan por el mundo de la Arqueología, la Geología, la Arqueometría, la Historia Medieval,...

En la reseña anterior me olvidé de nombrar a Jacobo Riveiro que es el verdadero colaborador de Valentina Redondo, nuestra inspectora de cabecera para esta serie de libros... Y me fastidia haberme olvidado porque me encanta. Se une estupendamente su faceta de Guardia Civil con su faceta familiar, cosa que no pasa habitualmente con otros personajes.

No nos vamos a separar de nuestro amigo Oliver Gordon (¡menos mal!) que aquí nos presenta a uno de sus amigos, Michael Blake, y se reencuentra con su ex prometida. Por supuesto, continúa con la búsqueda de su hermano Guillermo, a quien creo que todos queremos conocer.

Nos presenta la autora a un grupo de personajes interesantes: Paolo Jovis, italiano, geólogo y fotógrafo científico; Marc Llanes, español, arqueólogo; Helder Nunes, portugués, antropólogo y experto en arqueología subacuática y arqueometría; y Arturo Dunach, de madre española, especializado en Arqueometría. Son cuatro amigos, aparentemente superprofesionales, muy bien considerados académicamente y que aparecen en Cantabria junto con Wanda cuando el cadáver de esta es descubierto.

No cuento más cosas de la trama, que se desvela...

Pero sí voy a contar alguna cosa que me ha llamado la atención, como que la composición del suelo y las bacterias en la zona de río Tinto son muy parecidas a las que hay en Marte, en el planeta rojo.. ¡qué cosas!

También me ha sorprendido otra cosa que he descubierto: "Velarde, posiblemente, no tuviese el síndrome de Diógenes, sino el llamado TA o Trastorno por Acumulación, que era diferente. No sufría deterioro físico, ni dejadez personal, sino que, al parecer, se limitaba a acumular pertenencias". Vamos a ver, que levante la mano todo aquel que crea que puede sufrir TA... Vamos, quitando a 3 o 4 de los que conozco, todos deberíamos haber levantado la mano...

¡Ah! Y me ha llamado la atención que el llamado "Sótano de las Golondrinas", el mayor pozo natural del mundo está en Aquismón, en el estado de San Luis Potosí, donde vive la familia de mi cuñado. Vale, sí, las distancias en México son las que son y hay más de 300 km hasta la ciudad, pero... está en el mismo estado, que ya es algo...

Hay muchas más cosas que me han gustado y que me gustaría comentar aquí, pero me alargaría mucho. Solo decir que Zubizarreta, que es muy callado habitualmente, deja caer una perla maravillosa: "Cuando nos morimos nos convertimos en santos". Es el equivalente a lo que dice mi madre: "Dios nos libre del día de las alabanzas"...

Para cerrar, lo voy a hacer con un pensamiento que la autora incluye en las "reflexiones" que van apareciendo a lo largo de la novela. Sabemos que esas reflexiones las va escribiendo alguien relacionado con la muerte de Wanda pero, claro, no sabemos quién es... Merece la pena dedicarles un poquito de atención especial: "El pensamiento es un artilugio peligroso. Que resulte ser abstracto e intangible, lo hace todavía más amenazador"

sábado, 23 de diciembre de 2017

Puerto escondido (María Oruña)

Lo cierto es que no conocía a la autora pero una persona, Edurne, hizo un comentario en el blog recomendándome sus libros y decidí que sería bueno hacerle caso. Y, desde luego, ha sido un acierto. Muchas gracias, Edurne. He intentado responder a tu comentario pero, por alguna razón, no está en el blog y no he podido hacerlo.

Dicho esto, ha sido un acierto conocer a María Oruña. Me estoy haciendo "muy fan" de unos cuantos escritores españoles contemporáneos...

La acción de esta novela se desarrolla en Cantabria. No es que yo conozca la zona muy bien pero tengo recuerdos muy especiales de unas vacaciones allí de camping en la que llovió todos y cada uno de los días que estuvimos.

Para comenzar la historia, la autora nos dice: "Si algo tienen en común los psicópatas es una habilidad consumada para hacerse pasar por gente normal y corriente, mientras detrás de la fachada, de ese disfraz brutal y brillante, late el corazón refrigerado de un predador implacable y glacial". Lo cierto es que da un poco (o un mucho) de miedo... Pero apetece más empezar a leer...

Los personajes son estupendos y es bueno conocerlos porque con este libro comienza lo que espero que sea una serie. El segundo ya está escrito y ya lo he leído, pero espero que haya algunos más.

Conocemos a Oliver Gordon, 35 años, de padre escocés (arthur) y madre cántabra (Lucía Pereiro). Tengo que decir que me encanta este chico... Ha heredado de su madre Villa Marina una casa muy cerca de Suances que quiere convertir en hotel rural. Y ahí empieza todo, porque durante las obras, aparece el cuerpo momificado de un bebé que desata toda la trama de la novela.

También conocemos a la teniente Valentina Redondo, que va a ser nuestra superprota. Esta muchacha es gallega, vive sola y tiene sus cositas, pero es una magnífica profesional y consigue caer bien desde el principio.

También tenemos a la forense Clara Múgica y a su equipo, Pedro Míguez y Almudena Cardona; al juez Jorge Talavera (me encanta...), al subteniente Santiago Sabadelle, el cabo Roberto Camargo, los agente Mata Torres y Alberto Zubizarreta... Y la Sra. Ongayo y la abadesa, sor Mercedes,... ¡qué personaje tan interesante...!

La abadesa me ha gustado mucho... Una serenidad, una presencia de ánimo para casi todo... Y unos pensamientos muy interesantes, algunos en latín... Yo cono el latín tengo una relación muy especial: solo estudié un año, en 2º BUP, que era obligatorio, pero me encantó. Pero soy de Ciencias, así que perdimos la relación el latín y yo y solo lo he ido viendo en citas y comentarios. Pero me parece fascinante como lengua, así que siempre tomo nota de las reflexiones en latín que, por supuesto, se me olvidan a los 5 minutos... Pero esta me ha gustado mucho: "Cotidie morimur, cotidie conmutamur, et et tamen aeternos esse nos credimus" [Cada día morimos, cada día cambiamos, y sin embargo nos creemos eternos]

Como queda claro, no estoy contando nada de nada porque cualquier cosa desvelaría lo que pasa en la novela y no tengo ninguna intención. Hay que leerla sí o sí. Además, tiene muchas ramas que se entrelazan y lo único que conseguiría es destripar y destrozar un trabajo estupendo de la autora.

Pero sí puedo decir que he aprendido mucho, de muchas cosas. Por un lado, muchas cosas de Cantabria, de los pueblos y del entorno. Además, he descubierto que el tejo es el árbol sagrado de Cantabria. Por lo visto, los guerreros cántabros se hacían los arcos de madera de tejo porque era madera de calidad y tenía una especie de "halo" de inmortalidad... ¡qué cosas! Claro que también llevaban el tejo por si eran capturados por los enemigos romanos y poder así suicidarse rápidamente.

Es una árbol curioso del que se puede obtener un veneno muy potente y un producto anticancerígeno... La madre naturaleza, que es muy sabia...

Hace, además, una lectura de la familia muy interesante, por varias partes. Por un lado, los problemas de Oliver tiene con su hermano Guillermo, que está desaparecido y ni siquiera sabe que ha fallecido su madre. Por otro lado, tenemos los problemas de Valentina con su hermano, que era toxicómano, con todo lo que eso conlleva y las consecuencias que tuvo para ella y su familia. Y luego nos encontramos con una familia muy joven al inicio de la Guerra Civil, con cuatro hermanos: David, Clara, Antonio y Jana... Una historia increíble...

Y, como giran tantas cosas en torno a la familia, me quedo con una reflexión más que interesante: "...la misión de un padre no es evitarle a su hijo el dolor, sino enseñarle a enfrentarse a él..."

Lo mejor es que se mueven en torno a Hinojedo, un pueblito que yo no conozco pero que, sorprendentemente (o no, porque a mí me ha sorprendido, pero a ella, no) es donde tiene una casa mi amiga Marisa. El otro día, charlando con ella salió en la conversación y se me encendió la bombillita. Con lo torpe que soy para los nombres, me acordé... Me ha hecho ilusión porque todo me ha parecido mucho más real.

Me quedarían muchas más cosas por contar pero no dejaría lugar para leer la novela y ya he dicho antes que hay que hacerlo.

Habría también muchos pensamientos con los que cerrar esta reseña pero me quedo con una que, aparentemente estaba en la entrada de la cárcel durante la posguerra: "Lo mejor y lo peor del ser humano es que se acostumbra a casi todo".


martes, 19 de diciembre de 2017

Mentiras que matan (Sophie Hannah)

Tendría que haber empezado por leer Los crímenes del monograma, también de esta autora, que es la "continuación" de las novelas de Agatha Christie, con Hercules Poirot como prota, pero no he tenido la oportunidad y he empezado por esta novela.

Tenía curiosidad porque sé que comenzó como poetisa y que sus poemas se estudian en secundaria en el Reino Unido. Era una buena publicidad para empezar la novela, la verdad.

Es una novela muy curiosa y muy interesante. Cierto es que se trata de una novela "policíaca" en la que se trata de encontrar un asesino y que eso a mí me encanta pero... lleva algo más por detrás que me ha llamado mucho la atención.

Vamos a ponernos en situación: aparece muestro un "polémico columnista", Damon Blundy, bastante desagradable: "Tenía la vocación de fastidiar al mayor número de personas posible: mujeres, judíos, musulmanes, partidarios del aborto, izquierdistas, derechistas, periodistas, propietarios de perros..."

Conoceremos a una de las principales sospechosas, Nichola (NIcki) Clements, casa con el pobre Adam (sí, porque ella no me cae nada bien) y madre de dos hijos, Sophie de 10 años y Ethan, de 8.

También vamos a conocer a Melissa, su ex mejor amiga y ahora cuñada, ya que se ha casado con su hermano Lee. Y a Hannah Blundy, esposa de la víctima, y a sus dos ex esposas, a las que él llama Felpudo y Déspota (¡qué majo!). Y a Kate Zilber, la directora del cole al que asisten los niños de Nicki, Freeth Lane.

En esta novela, los policías que llevan el caso también tienen unas relacione personales muy curiosas, además de tener que lidiar con el caso, que no resulta nada sencillo.

Aún no he dicho por qué me ha llamado la atención... En realidad se trata de que Nicki es una mentirosa compulsiva. Ha mentido siempre, desde que era una niña. Es verdad que a sus padres se les presenta muy peculiares pero la actitud de la niña es también alucinante: "Les miento porque se merecen que les mienta. No se merecen tener poder sobre mí"

Estas mentiras le causan muchísimos problemas en todos los sentidos pero ella sigue sin cejar en su empeño de seguir mintiendo. Y eso le hace vivir una relación virtual al margen de su matrimonio. Tiene un perfil en Enlaces íntimos una red de contactos, con una dirección de Hushmail, Este correo existe de verdad (lo he buscado) y me ha parecido curioso. Tiene varias relaciones y ella termina por creer que es Damon Blundy. Por eso se considera que puede ser sospechosa.

Pero lo que me llama la atención es que pueda tener cybersexo con alguien, estar enganchada con él, sin saber quién es y seguir diciendo que quiere muchísimo a su marido y que le importa seguir manteniendo esa relación. Y me sorprende que el marido sea su mayor defensor...

También es curioso lo que se puede pensar cuando uno mantiene una relación por correo electrónico: "Me confesó que, a pesar de que sabía que era una tontería, creía que engañar en persona era mucho peor que engañar únicamente por correo electrónico"... Supongo que son formas de ver la vida, pero yo creo que un correo electrónico es una forma de ponerse en contacto como otra cualquiera y las mentiras son igual de mentiras que las que se dicen en persona. Y, además, aquí queda constancia escrita... No sé...

Hay un pensamiento muy interesante que me ha hecho darle unas cuantas vueltas: "Si deseas permanentemente cambiar las actitudes, comportamientos y la personalidad de alguien, significa que no quieres que esa persona exista tal como es". Y ahí es dónde yo quiero llegar... Si te relacionas con alguien de quien cambiarías todo, en realidad no quieres a ese alguien, ¿no?

Recomiendo que se lea la novela, de verdad. Y no solo como novela negra y no solo como trama, que es muy buena, sino para darle una vueltecita al tema de la mentira. Hace pensar mucho en cómo pueden afectar las mentiras permanentes a la vida del que las vive y de todos los que están a su alrededor.

El pensamiento que voy a dejar es de Sam Kombothekra, el subinspector a cargo de la investigación, porque es algo que yo me he planteado muchas veces: "Una de las partes más desagradables de su trabajo era tener que escuchar con calma los detalles de conductas inhumanas"

domingo, 10 de diciembre de 2017

Memento mori (César Pérez Gellida)

Primera entrega de la primera trilogía, Versos, canciones y trocitos de carne... Promete muchísimo. Claro, yo parto ya de conocer a los protas porque ya he leído la segunda trilogía Refranes, canciones y rastros de sangre y también Khimera... En definitiva, que no me van a sorprender determinadas cosas que ya me sorprendieron en su momento.

Pero, eso sí, me ha encantado, como ya sospechaba.

En el prólogo de Michael Robinson, se dice: "...una novela especial en la quedestacabana unos personajes bien construidos, un argumento sólido, prosa viva y un ritmo ligero con aroma denso". Poco más puedo decir yo que añada algo...

Curioso que la novela empieza un 31 de octubre, el día del cumpleaños de mi hijo mayor... Algo que me relaciona con la historia...

Y conocemos a Ramiro Sancho, por supuesto, nuestro inspector de cabecera. Como ya lo conozco, iba buscando la frase. Sí, en la página 16, leemos por primera vez su expresión más característica: "Hay que joderse". Ya lo he dicho en las reseñas anteriores, yo no hablo mal pero esto... esto no es hablar mal, esto es parafrasear a Sancho... Si no le saliera esto del alma, no sería el mismo. "Ser pelirrojo y tener los ojos claros no le ayudaba precisamente a pasar desapercibido en España; sus ciento ochenta y siete cm de altura, tampoco. De gesto reservado, voz grave y sonrisa tan poco frecuente como natural, era un tipo de campo encerrado en la ciudad". 

Está separado, ha pasado mucho tiempo en el País Vasco y ha vuelto a Valladolid. Según él mismo: "Unos se casan por la iglesia, otros se casan por el juzgado y yo me casé por idiota".

Vamos a ir conociendo a todos los personajes que irán apareciendo posteriormente; el subinspector Patricio Matesanz, la jueza Aurora Miralles, el subinspector Álvaro Peteiro ("más gallego que un poercebe"), Arnau y Botello.

Por supuesto, vamos a tener unos cuantos muertos... De eso se trata, de intentar encontrar al asesino. Curiosamente, en esta novela sabemos desde el principio quién es. Increíble pero sabemos su nombre (nosotros, no la policía) pero es una historia tan increíble que no nos importa...

Nos vamos a enfrentar a un hombre con una inteligencia muy especial, un hombre con un gusto exquisito, una maravillosa educación y una formación magistral en muchos aspectos. Pero no estamos enfrentando a un psicópata o a un sociópata, que no me ha quedado claro... Nos van a explicar la diferencia, sí, lo hace Armando Lopategui, otro de los que nos van a acompañar posteriormente: "...parece ser que la psicopatía tiene un común denominador en la herencia genética. Es decir, el psicópata sufre un funcionamiento deficiente de su actividad cerebral que le empuja a tener comportamientos antisociales. En la sociopatía, por el contrario, parece no existir esa componente genética y es el entorno social el que hace que el sujeto se rebele en su contra de forma violenta". Pero, como él mismo dice, nos enfrentamos a un "TPA = trastornado pero astuto"

Lo de Armando Lopategui, alias Carapocha es para escribir una novela aparte... Es un hombre especialmente peculiar: inteligente, simpático, cínico, excéntrico... Me encanta cuando, después de dar un montón de datos estadísticos sobre el crimen, termina la argumentación diciendo: "Para terminar, del total de asesinatos en serie cometidos en Estados Unidos, el 50% es justo la mitad"

También vamos a conocer aquí a Martina Corvo, doctora en Psicolingüística, a la sazón, ciencia que estudia la aplicación de una lengua en cualquiera de sus formas teniendo en cuenta los factores psicológicos. Impresionante. Va a colaborar con Sancho para tratar de localizar al asesino que, la verdad, va jugando con ellos un poquito. Curiosamente, es la única que se da cuenta de que la persona que encuentra el primer cadáver de identifica como Gregorio Samsa... Efectivamente, el prota de La metamorfosis...

Lo peor de la novela es que, aun sabiendo que Agusto Ledesma es el asesino, no podemos dejar de admirarle. Hay que reconocer que es un fuera de serie... sí, para todo... Y su historia es alucinante. De eso sí que no voy a contar nada porque destriparía la novela. Me encantan sus frases en latín, aprendidas con Octavio Ledesma, su padre, al que llamaban Emperador. Es increíble, además, cómo se pueden vivir varias vidas al mismo tiempo.. Es algo que a mí siempre me ha parecido imposible. Quizá porque a mí ya me cuesta vivir una sola...

Eso sí, en un momento dado, dice algo que ha hecho que me cayera fatal: "No deberían entregar ninguna titulación universitaria a nadie que no se haya leído o, mejor dicho, comprendido, su obra principal, Ulises". Por ahí no puedo pasar... Lo siento, James Joyce será un genio, que no lo voy a negar pero... Ulises... es una tortura china... (lo escribo en clave de humor por si no se entiende, pero lo pienso de verdad)

Lo tengo que dejar porque me estoy alargando muchísimo... Me enrollo como las persianas... Eso sí, no se puede dejar de leer. De verdad que merece la pena, engancha y hace que uno quiera seguir con el próximo libro. Además, los personajes terminan siendo como de la familia.

Dejaría muchísimas reflexiones, frases, pensamientos,... pero me quedo con uno que me ha gustado mucho, de Armando Lopategui: "Normalmente, lo que parece es simplemente eso: lo que parece que es".